Las PYMES se han convertido en unas empresas con importancia impensada hace un tiempo, y esto tiene que ver con lo que les comentaré en esta oportunidad, su rol social y económico en la sociedad.
Estas tienen importancia en términos sociales y políticos, porque su desarrollo contribuye a diversificar las fuentes de producción y de empleo y a dar sustento a grupos y poblaciones asentados fuera de la órbita de influencia de las empresas de mayor tamaño. Desde este punto de vista, las redes de producción y servicios de empresas chicas son un factor de equilibrio político y de ocupación del espacio geográfico. Entre los problemas que afectan a esta franja de empresas se cuenta el proceso de apertura iniciado en la década pasada y llevado adelante sin políticas destinadas a facilitar la adaptación de las firmas más débiles a las nuevas condiciones de la competencia. Del mismo modo, tampoco contaron con apoyos significativos para incursionar en la exportación. Otra cuestión es el reducido y oneroso acceso al crédito de las PYMES.
La importancia de las pequeñas y medianas empresas en la creación de trabajo y en la consolidación del entramado social es admitida en forma casi generalizada. A pesar de esto a lo largo de los años, las políticas económicas prestaron poca o ninguna atención a las necesidades de ese sector, lo que se tradujo en reducciones en las fuentes de empleo, de aprendizaje y de desarrollo de tecnologías. Las PYMES constituyen la mayoría de las empresas y generan la mayoría de los puestos de trabajo, de aquí su relevancia en los tiempos difíciles que se viven hoy en día..